viernes, 27 de abril de 2012

La ciudad de los sueños


Y entonces me descubrí mirándome. Allí estaba yo, en pie, justo en frente del espejo donde siempre te imaginaba.
Entonces tus formas tenían sentido perfecto, al compás que marcaba el movimiento de los velos que cubrían las ventanas. Como parte de un plan astutamente preparado, te imaginaba siempre con la cantidad justa de luz, la suficiente como para que yo, cual director de fotografiá, pudiese componer el resto.
Me descubrí mirándome y puse el empeño suficiente para descubrirme al detalle. Durante unos minutos centre toda la atención en mis ojos, grandes, de tonos melosos, y fue entonces cuando por primera vez te descubrí en mi. Allí estabas tu, en cada movimiento en cada parpadeo. Sorprendido decidí continuar con la “auto-exploración” y en cada uno de los pasajes de mi cuerpo pude descubrite, en algunos mas escondida que en otros, pero en casi todos estabas bien presente.
¿Por qué esta sucediendo?
¿Por qué prácticamente tú y yo formábamos un solo elemento?¿Un solo ser?
Quizás te había idealizado tanto que “de a poquito” me fui componiendo contigo hasta descubrir que yo estaba completamente hecho de pedacitos de ti.


Hay veces en las que de repente te sorprendes, y en ti mismo encuentras gestos, maneras, miradas, caricias y otros muchos detalles que de alguna forma, son de alguien que pasó o está en tu vida.
Hay veces en los que sin darnos cuenta nos convertimos en pedacitos pequeños de todos aquellos que nos rodean... Hay momentos en que es maravilloso sentirse parte de alguien o de algo...
Soy feliz sabiendo que has compuesto mi vida, de saber que hoy tú eres parte de mí.
Hay veces en las que es imposible no contar contigo, sencillamente porque formas parte de mí.



viernes, 20 de abril de 2012

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... Tan solo el más maravilloso de los mundos podría compararse a la belleza que él veía en ella. Tan solo el más suave y alborotado vuelo de una mariposa podría compararse con lo que un simple roce de sus labios provocaba en él. La intensidad y el calor con el que ardía lo más profundo de su ser al conectar con su mirada... tan solo podrían ser producidos por la más fuerte llamarada de un ave fénix.